miércoles, 6 de enero de 2016

Salud Para Tu Corazon



Reaccionar rápido a un ataque al corazón puede salvar una vida.

El ataque al corazón es una de las principales causas de muerte de enfermedad cardiovascular. Por lo general, causa dolor en el pecho durante más de 15 minutos, pero también puede ser silencioso y no presentar ningún síntoma. Aproximadamente la mitad de las víctimas de un ataque al corazón presentan signos de advertencia durante las horas, días e incluso semanas antes de que ocurra, los cuales suelen ser ignorados por falta de conocimiento. Para ello es importante conocer los signos de alerta previo a un ataque al corazón establecidos por la Asociación Americana del Corazón: 1) Presión incómoda, sensación de llenura o dolor en el centro del pecho, el cual suele durar unos cuantos minutos; 2) Dolor que se esparce hacia los hombros, cuello, espalda, mandíbula o brazos; 3) Mareos, sudoración y/o nausea; y 4) Después de los 65 años, el síntoma más común es la falta de aliento. Entre más síntomas de estos se presenten, mayor la probabilidad de que ocurra un ataque al corazón.


Actuar rápidamente puede salvar su vida o la de otra persona. Para ello es importante seguir las siguientes indicaciones: 1) Llame al teléfono de emergencia; 2) En caso de mareos, acuéstese y respire lenta y profundamente; 3) Mastique una aspirina; 4) Si tiene tabletas de nitroglicerina, coloque una debajo de la lengua. En caso de desmayo, puede ser necesaria la resucitación cardiopulmonar.


Leche de soya para tu corazón

La soya y sus derivados ofrecen varios beneficios para la salud. Uno de los más conocidos y relevantes es su papel en la salud cardiovascular. En octubre 2000, la FDA aprobó la siguiente afirmación: “La proteína de soya, en conjunto con una dieta baja en grasa saturada y colesterol, puede reducir el riesgo de enfermedad del corazón, al disminuir los niveles de colesterol en sangre. Niveles elevados de colesterol han sido asociados con aterosclerosis y enfermedad coronaria.” En humanos, la proteína de soya  disminuye el colesterol “malo” (LDL), sin alterar los del colesterol “bueno” (HDL). El LDL aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que el HDL lo disminuye.

Sus benevolencias para la salud del corazón y la salud en general se le atribuyen en gran parte a las isoflavonas que contiene y a la composición de sus proteínas. La soya es fuente de los nueve aminoácidos esenciales para la nutrición humana. La FDA indica que “el consumo de 25 gramos de proteína de soya al día, como parte de una dieta baja en grasa saturada y colesterol, puede reducir el riesgo de enfermedad del corazón”. Este consumo se logra con 2 a 4 porciones de leche de soya de alta calidad (por su alto contenido de proteína de soya).

¿Por qué consumir leche de soya?

Por su alta versatilidad, la leche de soya es una de las formas más fáciles y prácticas para agregar a la dieta este excelente producto vegetal. Ya sea que necesite utilizarla como sustituto a la leche de vaca o que desee agregarle a su dieta los beneficios de la soya, esta leche puede usarse en aquellos platillos que pidan leche de vaca en su preparación: cereal del desayuno, sopas, salsas, postres, panqueques, licuados, café, té y otras bebidas, entre otros.

Alimentos para el corazón

De las acciones que pueden tomarse para el cuidado del corazón, la nutrición es una de las más importantes, tanto para la prevención como para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Por su composición específica de nutrientes, existen alimentos con propiedades cardio-saludables y cardio-protectoras. A continuación se incluye la descripción de 7 de estos alimentos:

AVENA

La avena es un cereal fuente de vitaminas, minerales y fibra. Es excelente fuente de beta-glucan, un tipo de fibra soluble que disminuye el colesterol en la sangre. Además de consumirse en el desayuno, la versatilidad de la avena ofrece muy buenos resultados en la preparación de comidas.

FRIJOL

El frijol se considera beneficioso para el corazón por ser una excelente fuente de antioxidantes, así como de folatos, magnesio y fibra. El magnesio contribuye a la disminución de la presión arterial, mientras que la fibra contribuye al control del colesterol.

SALMÓN

El salmón es uno de los primeros en la lista en cuanto a su función cardioprotectora. Esto se debe a su alto contenido de ácidos grasos omega-3, los cuales contribuyen a la regulación del ritmo cardiaco, lo que a su vez disminuye el riesgo de muerte cardiaca repentina. También mejoran la elasticidad arterial, reducen los niveles de colesterol y triglicéridos y disminuyen la inflamación. La Asociación Americana del Corazón recomienda el consumo de 2 porciones de salmón (o de otro pescado de agua fría) a la semana. Otros pescados de agua fría son el atún, arenque, macarela, trucha, sardinas y anchoas.

ARÁNDANOS AZULES

(“blueberries”)
Los arándanos azules, mejor conocidos como “blueberries”, es uno de los alimentos con más beneficios para la prevención de enfermedades, entre ellas las cardiacas. Esto se debe principalmente a su contenido de antocianinas, un antioxidante de gran potencia responsable del color azul característico de esta fruta. Dicho nutriente contribuye a proteger los vasos sanguíneos.

SOYA

La soya es un producto vegetal con muchos beneficios para la salud, entre ellos la cardiovascular. Una dieta alta en soya contribuye a disminuir los niveles de triglicéridos y de colesterol, factores que previenen las enfermedades del corazón. Más información sobre el papel de la soya en la salud del corazón se incluye en la siguiente página (página 13).

SEMILLAS OLEAGINOSAS

Las semillas oleaginosas son nutritivas para el corazón por varias razones. Una de las principales es su composición de lípidos. La mayor parte de la grasa que contienen es monosaturada, la cual no es dañina para el corazón. Además, son fuente de omega-3, vitamina E, fibra, esteroles, magnesio, cinc y selenio, nutrientes que también contribuyen a la salud del corazón. Algunas opciones incluye: almendras, nuez de nogal, manías, semilla de marañón, avellanas y pecanas, entre otras.


Ejercicio para fortalecer el corazón

Un estilo de vida sedentario es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Afortunadamente, es un factor de riesgo modificable. El ejercicio en general es beneficioso para el corazón, pero es el de tipo aeróbico el que ofrece los mejores resultados. También conocido como ejercicio cardiovascular, este tipo de ejercicio consiste de la realización de una actividad física sostenida, para lo que se requiere la utilización de grupos musculares grandes. Uno de sus principales beneficios es que fortalece el corazón y los pulmones, a la vez que mejora la habilidad corporal de utilizar oxígeno. Con el tiempo, el ejercicio aeróbico puede contribuir a disminuir la frecuencia cardiaca, la presión arterial y a mejorar la respiración.
Para lograr óptimos resultados cardiovasculares los expertos recomiendan que las sesiones de ejercicio aeróbico se realicen durante un mínimo de 20 a 30 minutos, al menos de 3 a 4 veces por semana. La Asociación Americana del Corazón recomienda que se procure realizar ejercicio la mayoría de los días de la semana. Algunos ejemplos de ejercicio cardiovascular incluye: caminar, correr, ciclismo, natación, patinar, aeróbicos de bajo impacto, remar y saltar cuerda, entre otros.

Los beneficios del ejercicio 

Los beneficios del ejercicio aerobico van mucho más allá de sus efectos a nivel cardiovascular. A continuacion se listan algunos de estos beneficios del ejercicio:
  • Fortalece el corazón y el sistema cardiovascular
  • Disminuye la presión arterial
  • Mejora la circulación
  • Aumenta el nivel de energía y la resistencia
  • Mejora la fuerza y tono muscular
  • Fortalece los huesos
  • Mejora el balance y la flexibilidad articular
  • Ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión
  • Contribuye a la pérdida de grasa y peso corporal
  • Mejora el sueño
  • Contribuye a una sensación de relajación y descanso
  • Mejora la imagen corporal y la autoestima

¿Cómo apegarse a una rutina regular de ejercicio?

Uno de los problemas con la práctica regular del ejercicio es precisamente esto: realizar lo de forma regular y a largo plazo. Una de la formas de lograrlo es que el nivel de actividad se aumente gradualmente. Previo a iniciar cada rutina, debe incluirse un calentamiento de por lo menos 5 minutos, que incluya una versión de bajo impacto de la actividad a realizar, seguido por estiramiento de los músculos a utilizar. 
Al finalizar la rutina, también deben dedicarse de 5 a 10 minutos para el enfriamiento, que incluya la disminución gradual de la actividad y estiramientos. La intensidad con que se realice la actividad debe permitir que se sea capaz de hablar mientras se realiza. Suele ser de gran ayuda llevar un registro del ejercicio realizado a lo largo del tiempo. Es importante esperar entre una y dos horas después de una comida para empezar el ejercicio.

Para lograr apegarse a una rutina de ejercicios aeróbicos a largo plazo, es de fundamental importancia que se seleccionen actividades que se disfruten. De lo contrario, será sumamente difícil incorporarla a la vida diaria. También es importante la variedad de ejercicios en la rutina y que se realicen alternadamente durante la semana. Es recomendable que se planifique el ejercicio a la misma hora cada día. Para algunas personas suele ser de ayuda tener un compañero/a de ejercicio.


Sexo para la salud del corazón gran verdad 

Además del placer que provoca, el sexo se ha asociado con muchos beneficios para la salud, tanto físicos como psicológicos. Uno de los más relevantes para el corazón es que reduce el estrés. Esto a su vez se ha asociado con la disminución de la presión arterial. 
Un estudio encontró una asociación entre las relaciones sexuales frecuentes en parejas que viven juntos y una presión diastólica menor. Otro estudio realizado con mujeres encontró una relación entre los abrazos con la pareja y una menor presión arterial. También se ha determinado que los hombres que tienen sexo 2 ó más veces por semana tienen la mitad del riesgo de un ataque al corazón con resultado fatal.

Además de sus beneficios cardiovasculares, el sexo mejora la inmunidad, la autoestima, la intimidad y el sueño. También disminuye el dolor y el riesgo de cáncer de próstata. Y por si fuera poco quema calorías, por lo que contribuye al control del peso corporal.

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